II. El largo y tortuoso camino (1855 - 1907). [cuarta parte]

A. Band. Baile de máscaras.
El 14 de mayo de 1902 el Ayuntamiento aceptó agradecido la donación de un retrato de Masó, Maceo y Martí por parte de Benito Suárez, lo que aumenta las dudas sobre la autoría y final de obras que respondían a un claro propósito nacionalista.(16) En terreno similar permanece la concreción de la academia nocturna de dibujo y pintura cuya instalación fue aceptada por el Ayuntamiento en virtud de la solicitud hecha por Maximiliano García D. en 1900. He aquí otra cuestión que parece insondable: ¿quién fue este hombre que unos meses atrás había propuesto encargarse de la rotulación de calles y casas?, ¿qué formación había recibido y de qué medios disponía para proponer lecciones gratuitas en su domicilio de la calle Otero Pimentel?(17)

Por ese entonces tenían sus centros de trabajo en estos predios los fotógrafos Joaquín Codina,(18) cuyos trabajos se vieron impresos en las páginas del periódico literario El Álbum, así como Federico Rondón, con estudio abierto en Maceo número 21, y A. Band, europeo establecido al lado del hotel El Lazo de Oro, frente al Parque de Céspedes.(19) De este último se conserva una fotografía en la que posan con cierto hieratismo un joven y dos señoritas, recuerdo de un baile de máscaras celebrado el 28 de junio de 1901. Apenas desandado poco más de un lustro desde aquella mascarada se encuentran registradosotros fotógrafos como Alfonso David, en el número 24 de San Pedro, o sea Calixto García, los hermanos Lladó en Maceo 10 y Eugenio R. Valdés en el 20.(20)

Entrada del Cementerio Municipal.
Con las obras de la nueva necrópolis, que se inauguró oficialmente el 10 de agosto de 1908, se hacía necesario mantener e incluso dar mayor fastuosidad a los santos lugares en que dormían el sueño eterno las "ilustres y pudientes familias" del Guacanayabo, para perpetuar su memoria. Allí fueron inhumados tres Presidentes de la República en Armas: Manuel de Jesús Calvar, Francisco Javier de Céspedes y Bartolomé Masó Márquez. Para "llenar encargos" de gran prestigio se estableció el Taller de Escultura y Marmolería de Martí número treinta y cuatro, con Francisco Adais López como agente del escultor radicado en Cienfuegos Adolfo Lozada Garrido.(21) Sin embargo, el panteón donde reposan los restos de la familia Céspedes fue obra de E. A. Mantici, radicado en La Habana Vieja, en O'Reilly 21.(22)
 
Además, esto constituyó acicate y medio de subsistencia para la labor de los marmolistas Manuel Vallejo Sandoval, que abrió su taller en la entonces calle Otero Pimentel, hoy Mártires de Vietnam, en 1915 y trasladó luego a la actual Quintín Banderas, hasta su cierre en 1930, y Roberto Valerio del Castillo, que sostuvo la Marmolería "El Arte" en la calle Mercedes del reparto Barrio de Oro.(23) La obra de Vallejo se muestra todavía hoy con profusión en el camposanto, con su delicadeza clásica, pero no hay huellas de los otros y sí de varios talleres habaneros como los de Juan Casellas, A. Pelarde, Antonio Velarde, Silva y Scorong, Prieto y Gil, el santiaguero Enrique Valls y el cienfueguero A. Losa.
Presentación de la marmolería de Manuel Vallejo Sandoval.
La necrópolis también es depositaria de varios bustos escultóricos entre los que sobresale uno firmado por el fallecido Tony López.(24) En el afán decorativo y suntuario de los trabajos de herrería que rodearon sus panteones, varias familias acaudaladas recurrieron a la compañía norteamericana The Stewart Iron Works, en cuyos talleres se forjaron verjas para la mayoría de los cementerios de aquella nación, para la Casa Blanca, la Embajada Británica en Washington, el Museo Taft, el Canal de Panamá y las penitenciarías de Alcatraz y Sing Sing.(25)

La apertura oficial del cementerio marcó una transformación de orden simbólico que era expresión de los cambios operados en una escala macrosocial. En el plano estético, su portada fue el epílogo del neoclasicismo, que se había desarrollado desde mediados del siglo anterior, y cuya principal herencia fue la fisonomía del portal columnar arquitrabado alrededor del Parque de Céspedes, el Ayuntamiento, con su arcada romana y su torrecilla, modificada varias veces, el Teatro Manzanillo y el sobrio y espacioso edificio del Mercado municipal inaugurado en 1889.

E. A. Mantici: Panteón de Fracisco J. de Céspedes.
El Hospital Civil erigido tres años antes que el Mercado no pasaba de la modestia. El chalet que domina la antigua calle Isabel II, ha sufrido en demasía la depredación del tiempo y los moradores como para juzgarlo, al tiempo que la época republicana transformó el aspecto del Hospital de Caridad, devenido cuartel "Gerona" y luego "Bartolomé Masó", para darle su imagen actual dominada por la forma conopial y las aspilleras defensivas y almenas típicas de las construcciones militares. La estructura final de la batería o fuerte defensivo, que protegió la ciudad desde el sitio donde hoy se encuentra el parque infantil y zoológico y fue conocida como primero como "La Concepción" y después como "Zaragoza", se destruyó sin quedar imágenes que confirmen si la obra de 1826 se levantó según lo proyectado treinta años atrás, plano que se conserva en el Archivo General de Indias.(26)

Notas
(16) AHMM. Fondo: Gobierno Neocolonial. Serie 1. Subserie 1.1. Actas de Gobierno de 1901 a 1902. Sesión ordinaria de 14 de mayo de 1902. Acuerdo 10º.
(17) En el antiguo número 24 (Vid. AHMM. Fondo: Gobierno Colonial. Serie: 2. Subserie: 2.11. Libro de Actas de Cabildo de 1899 a 1900. Sesión ordinaria de 14 de septiembre de 1900).
(18) Wilfredo Narajo Gauthier atribuye a este dos fotografías del acto celebrado en Bayamo en 1892 en conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América, sin embargo estas no han podido localizarse (Ver "Historia de la fotografía en Manzanillo", Córnea, Año IV, Nº 2, Abril/1985, p. 3).
(19) AHMM. Archivo vertical, Legajo: P. 1, Expediente: 6. La Democracia, 23/08/1900.
(20) Directorio General de La Habana, p. 992.
(21) El apellido Adaiz está dañado en el original del periódico El Debate, Año IX, nº 1293, sábado, 19/11/1910.
(22) El mismo autor al parecer del monumento funerario de Felipe Poey (Vid. José Veigas Zamora: Escultura en Cuba. Siglo XX, p. 496).
(23) Véase. Directorio de Cuba, p. 1617 y AHMM. Fondo: Registro Mercantil. Serie: Establecimientos. Tomo 3, folio: 16, hoja: 1844.
(24) El monumento funerario dedicado al Comandante Luis Flores en 1909 lleva la firma de este marmolista y llama la atención sobre el otro escultor cienfueguero con representante en Manzanillo antes citado.
(25) Véase en la página oficial de la compañía [en línea]
(26) Juan de las Cuevas Toraya atribuye su construcción al coronel de ingenieros José Jaime Valcourt, primer teniente gobernador de la Villa (Ver. 500 años de construcciones en Cuba).

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