III. ¿El imperio de los constructores? (1907-1930) [cuarta parte]

G. A. Mexicana: Francisca Cubeñas.
Corrían los años de oro de la Galería Artística Mexicana, establecida por el fotógrafo José Rodríguez García, donde se iniciaron Pitágoras Chávez (padre) y Julio Bosch, establecimiento que se publicitaba en los periódicos más prestigiosos. A menudo los artistas del lente retocaban las fotos con carboncillo o se auxiliaban de colegas como G. Manzanilla "pintor y creyonista", que por un tiempo recibió encargos en la relojería "La Suiza" y luego en el hotel "Edén" y además de "iluminar" fotografías al óleo, trabajaba con tinta china, pastel y acuarela. La tradición del retrato pictórico y fotográfico era cultivada bien por simpatía, bien por la remuneración que se esperaba de la clase media y alta.

De tal suerte, el período dejó auténticas joyas como la efigie de María Leonor Somoza Marín -esposa del hacendado Walterio Bertot Céspedes-, impresa y retocada en 1921, por Joaquín Blez, etapa en la que experimentaba procedimientos importados. El político manzanillero Rubén de León, representante a la Cámara y senador, que desempeñó la cartera de Gobernación, fue también fotografiado por el santiaguero.(42) En este género confluían contenidos simbólicos de orden nacionalista conmemorativo -de tendencias cubana y española-, autoafirmativo y en cierta forma mimético, en el que se reproducían patrones estéticos y sociológicos con un fuerte basamento de clase.

Joaquín Blez: María L. Somoza (1921)
Las organizaciones fraternales y las asociaciones tendían a la adquisición o encargo de obras y retratos de personalidades, como queda patente en los inventarios practicados en la Logia Manzanillo en 1914, que poseía cuatro "cuadros finos" en su templo y uno alegórico en el salón de recibo. En la documentación de Colonia Española la variedad de los costos consignados en 1922, entre catorce pesos y setenta y siete centavos y cuarenta y cuatro con treinta centavos, plantea la duda razonable sobre la procedencia de las imágenes de Joaquín Gómez de la Barrera, Bartolomé Masó, Miguel de Cervantes y las dos del monarca Alfonso XIII y más si se comparan con lo pagado por la pintura del edificio social.(43)

Otro tanto ocurrió con la fundación del templo espiritista en la comunidad de Los Letreros por Juan Bautista Lavié Pere en 1933, que abrió la puerta a trabajos de variadas cualidades con fines de culto y recordación. El más significativo lleva la firma del mismísimo Valderrama. En esta oportunidad no se buscaron epígonos, se envió al renombrado académico una fotografía del fundador que fue llevada al lienzo y se conserva en la actualidad para asombro de visitantes bien informados. Al arquitecto italiano Doménico Spadea debe la sociedad espírita el Cristo que indica la entrada, la Cruz Blanca, la gruta de Lourdes, el Salón X, de oraciones, la Casa Clínica y el Calvario. Oriundo de Petrizzi, al parecer se radicó en el Guacanayabo en los años cincuenta y salía con frecuencia para la ejecución de obras en otras ciudades como Holguín, Bayamo, Contramaestre o Camagüey.(44)
G. Manzanilla (Recorte de La Montaña)

Ahora bien, en marzo de 1923 la profesora de pintura y dibujo María Dolores del Pino del Pino, obsequió con su plumilla "El almohadón de raso" a la triunfadora del Reinado de Simpatía del "Club 10".(45) Mientras que al año siguiente ocurrió un hecho singular: según el periódico La Montaña, en su edición del 21 de junio, Antonia González había abierto una academia de pintura, en Plácido número 19.(46) Desafortunadamente es la única referencia conocida de tal centro docente y su creadora. Aunque se pensó que fuera esta la primera mujer que más allá de las "labores de su sexo", o del magisterio y la literatura, "invadía" un terreno propio de hombres, otras damas compartían ya labores pedagógicas en los establecimientos antes mencionados.

Notas
(42) Ramón Cabrales y Rufino del Valle: Joaquín Blez. No solo retratista de estudio. [en línea] http://www.thestudio203.com/JoaquinBlez/index.htm.
(43) AHMM. Fondos raros. Op. cit., pp. 27-28.
(44) Falleció en Manzanillo el 3 de agosto de 1974 (Ver María Grant: "Italianos en Manzanillo", en: Emigración y presencia italiana en Cuba, p. 175).
(45) Enrique R. Porras: "Mundo Elegante", en: La Campaña, Año II, Nº 131, Miércoles, 07/03/1923, p. 3.
(46) La noticia fue hallada accidentalmente por encontrarse fuera de inventario del Archivo Histórico Municipal el deteriorado ejemplar del periódico y no se poseen por el momento más referencias (La Montaña, Año 8, Nº 140).

Comentarios